En los últimos años, los animales de compañía han adquirido un lugar especial en nuestras vidas, tanto así que su bienestar se ha convertido en una preocupación importante en situaciones de ruptura matrimonial.
Cuando se produce una separación, nulidad o divorcio, no solo se debe determinar el reparto de bienes y la custodia de los hijos, sino que también es necesario decidir qué ocurrirá con las mascotas.
En este artículo, exploramos cómo se tratan los animales de compañía en estos procesos legales y qué factores se tienen en cuenta para garantizar su bienestar.
1. El estatuto legal de los animales de compañía en España
Desde 2017, los animales de compañía en España dejaron de ser considerados como simples «bienes muebles» para ser reconocidos como «seres vivos dotados de sensibilidad».
Este cambio legal implica que, en los procesos de nulidad, separación y divorcio, los jueces deben tener en cuenta no solo la titularidad de la mascota, sino también su bienestar y los vínculos afectivos que pueda tener con los miembros de la familia.
2. ¿Cómo se decide la custodia de las Mascotas?
La decisión sobre quién se queda con la mascota puede llegar a ser tan compleja como la custodia de los hijos.
Aquí algunos factores que se consideran:
- Vinculación afectiva: Los jueces evalúan qué miembro de la pareja tiene un mayor vínculo con el animal y quién ha asumido la responsabilidad de su cuidado durante la convivencia.
- Bienestar del animal: Se prioriza el bienestar de la mascota, lo que incluye aspectos como el entorno en el que vivirá y la capacidad del cuidador para atender sus necesidades.
- Acuerdo entre las partes: Si es posible, se alienta a que ambas partes lleguen a un acuerdo amistoso sobre la custodia. En algunos casos, se puede optar por una custodia compartida, donde el tiempo con la mascota se distribuye entre ambos ex cónyuges.
3. Custodia Compartida de Mascotas: Una solución cada vez más común
La custodia compartida de mascotas es una solución que está ganando popularidad. En estos casos, se establece un régimen de convivencia para el animal, similar al de los hijos menores. Esto puede implicar que el animal pase ciertos días o semanas con uno de los ex cónyuges y luego con el otro, asegurando así que mantenga lazos con ambos.
Sin embargo, este arreglo solo es viable si ambas partes están de acuerdo y si el juez considera que no afectará negativamente al animal.
4. Consideraciones prácticas en la Custodia de Mascotas
Algunos aspectos prácticos que deben tenerse en cuenta al determinar la custodia de un animal de compañía incluyen:
- Gastos de manutención y cuidado: ¿Quién se hará cargo de los gastos asociados con la alimentación, atención veterinaria y otros cuidados que requiera la mascota?
- Traslados y viajes: Si se opta por la custodia compartida, es importante establecer cómo se manejarán los traslados del animal entre los hogares de los ex cónyuges.
- Nuevas parejas y convivencia: ¿Qué sucederá si uno de los ex cónyuges inicia una nueva relación o cambia de domicilio? Esto podría afectar el acuerdo inicial y requerir ajustes.
5. Consejos para afrontar la Custodia de Mascotas en una Separación o Divorcio
Si estás enfrentando un proceso de nulidad, separación o divorcio y tienes una mascota, aquí algunos consejos para abordar esta situación de manera sensata:
- Prioriza el bienestar del animal: Siempre pon por delante las necesidades y el bienestar de tu mascota. Recuerda que es un ser sensible y que los cambios drásticos pueden afectarlo.
- Busca asesoramiento legal especializado: Un abogado con experiencia en derecho de familia podrá orientarte sobre cómo manejar la custodia de tu mascota y asegurarse de que se respeten sus derechos.
- Mantén la calma y la comunicación: Es fundamental mantener una comunicación abierta y respetuosa con tu ex pareja para llegar a un acuerdo que beneficie a todos, incluyendo a tu mascota.
Conclusión
Los animales de compañía son mucho más que simples mascotas; son miembros importantes de la familia.
Por ello, en los procesos de nulidad, separación o divorcio, es esencial abordar su custodia con la misma seriedad y consideración que cualquier otro aspecto del proceso. Asegurarse de que el bienestar del animal esté en el centro de cualquier decisión es fundamental para garantizar que su calidad de vida no se vea comprometida.