Este fin de semana he dedicado tiempo a revisar los más de 50 post que llevamos publicados en nuestro Blog «Gales Informa», y me llevé una grata sorpresa con el post que publicamos el pasado 30 de Julio aprovechando el Día Internacional de la Amistad.
Tras volver a leer el artículo no dudé en traerlo a REFLEXIONES de los lunes para volver a agitar creencias e ideas que muchas veces se olvidan, y creo 100% que es un GRAVE ERROR.
El post compartía una breve fábula de Paulo Coelho que estoy seguro que será de tu agrado.
«Un hombre, su caballo y su perro iban por una carretera.
Cuando pasaban cerca de un árbol enorme cayó un rayo y los tres murieron fulminados. Pero el hombre no se dio cuenta de que ya había abandonado este mundo, y prosiguió su camino con sus dos animales (a veces los muertos tardan un cierto tiempo antes de ser conscientes de su nueva condición).
La carretera era muy larga y colina arriba. El sol era muy intenso, y ellos estaban sudados y sedientos.
En una curva del camino vieron un magnifico portal de mármol, que conducía a una plaza pavimentada con adoquines de oro.
El caminante se dirigió al hombre que custodiaba la entrada y entabló con él, el siguiente diálogo:
– “Buenos días”
– “Buenos días” – Respondió el guardián.
– “¿Cómo se llama este lugar tan bonito?”
– “Esto es el Cielo”
– “¡Qué bien que hayamos llegado al Cielo, porque estamos sedientos!”
– “Usted puede entrar y beber tanta agua como quiera”. Y el guardián señaló la fuente.
– “Pero mi caballo y mi perro también tienen sed…”
– “Lo siento mucho”– Dijo el guardián- “pero aquí no se permite la entrada a los animales»
El hombre se levantó con gran disgusto, puesto que tenía muchísima sed, pero no pensaba beber solo. Dio las gracias al guardián y siguió adelante. Después de caminar un buen rato cuesta arriba, ya exhaustos los tres, llegaron a otro sitio, cuya entrada estaba marcada por una puerta vieja que daba a un camino de tierra rodeado de árboles. A la sombra de uno de los árboles había un hombre echado, con la cabeza cubierta por un sombrero. Posiblemente dormía.
– “Buenos días”– dijo el caminante.
El hombre respondió con un gesto de la cabeza.
– “Tenemos mucha sed, mi caballo, mi perro y yo”
– “Hay una fuente entre aquellas rocas” – dijo el hombre, indicando el lugar. – “Podéis beber toda el agua como queráis”
El hombre, el caballo y el perro fueron a la fuente y calmaron
su sed.
El caminante volvió atrás para dar las gracias al hombre.
– “Podéis volver siempre que queráis” – Le respondió éste.
– “A propósito ¿Cómo se llama este lugar?” – preguntó el hombre.
– “EL CIELO”
– “¿El Cielo?”
– “¿Sí?”
– “Pero si el guardián del portal de mármol me ha dicho que aquelloera el Cielo!”
– “Aquello no era el Cielo. Era el Infierno” – contestó el guardián.
El caminante quedó perplejo.
– “¡Deberíais prohibir que utilicen vuestro nombre! ¡Esta información falsa debe provocar grandes confusiones!” – advirtió el hombre.
– “¡De ninguna manera! – increpó el hombre – En realidad, nos hacen un gran favor, porque allí se quedan todos los que son capaces de abandonar sus mejores amigos”
Jamás abandones a tus verdaderos Amigos aunque eso te produzca inconvenientes personales. Si ellos han estado dándote su amor y compañía has contraído una deuda: “No abandonarlos nunca”.
Paulo Coelho
El equipo de Training for Business