La trampa que te puede costar todo: Administrador condenado por desviar clientes y evitar el pago de deudas

¿Te imaginas crear una nueva empresa para escapar de las deudas de la anterior? Parece una jugada brillante, ¿verdad? Pero cuidado: un paso en falso y podrías acabar pagando mucho más de lo que pensabas.

Esto fue exactamente lo que le ocurrió a un administrador que intentó esquivar sus deudas desviando clientes de una empresa en problemas a una nueva sociedad. Al final, la justicia lo alcanzó, y la historia no acabó bien para él.

¿Estás seguro de que tú no estás cometiendo el mismo error?

El caso: Intentar escapar de las deudas nunca sale bien

En una reciente sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid (Sentencia 132/2024), el tribunal condenó a un administrador de una empresa por desviar clientes y prácticamente dejar morir a su compañía para evitar pagar una deuda de más de 34.000 euros.

La idea parecía sencilla: crear una nueva empresa, transferir a los clientes y dejar a la anterior sin actividad, ni ingresos, ni manera de hacer frente a sus obligaciones.

¿El resultado? No solo no evitó la deuda, sino que terminó condenado a pagarla de su propio bolsillo, junto con los intereses y las costas del juicio.

El error: creer que puedes evitar el problema

Muchos empresarios, cuando su negocio empieza a ir mal, creen que la solución está en empezar de cero con una nueva empresa. Desviar a los clientes, mover la actividad a otro lugar, y dejar las deudas atrás. Suena perfecto, pero hay algo que olvidan: las deudas no desaparecen porque cambies de nombre o razón social. Este caso es el mejor ejemplo de cómo una mala decisión puede acabar en desastre.

En lugar de enfrentarse a las deudas y buscar una solución legal, el administrador decidió ignorarlas y desviar su actividad a una nueva empresa justo después de perder un juicio por impago. La caída repentina en los ingresos de su empresa no fue una casualidad, y el tribunal lo vio claro: el administrador estaba dejando la empresa en un estado «zombie», sin posibilidad de pagar sus deudas, pero manteniendo la actividad en la nueva sociedad.

Lección 1: Las consecuencias de dejar morir tu empresa no son inofensivas

Muchos empresarios creen que dejar una empresa en stand-by, sin actividad ni ingresos, les protegerá de las deudas. Pero lo cierto es que, como administrador, eres responsable personalmente si no actúas correctamente. En este caso, el tribunal dejó claro que el administrador no solo causó un daño directo a su acreedor al desviar la clientela, sino que también cometió lo que llamaron un “ilícito orgánico”: usar su poder como administrador para perjudicar a la empresa y sus acreedores.

Lección 2: Las deudas no desaparecen por arte de magia

Cerrar una empresa o dejarla morir no te exime de las deudas. Al contrario, como administrador, tienes el deber de actuar de manera legal y transparente, y las deudas pendientes siguen ahí, listas para ser reclamadas. Si intentas eludirlas, los acreedores pueden ir directamente contra ti. En este caso, la deuda de más de 34.000 euros seguía persiguiendo al administrador, incluso después de su intento de ocultarla bajo la alfombra de una nueva empresa.

El tribunal fue contundente: aunque el administrador trató de argumentar que la caída de actividad fue por la crisis económica, no pudo justificar por qué sus nuevos ingresos aparecían justo en la nueva sociedad que había creado días después de perder el primer juicio. ¿Conclusión? Se vio claro que el administrador estaba desviando los clientes para evitar pagar lo que debía.

Lección 3: ¿Vas a dejar que te alcance la justicia o actuar a tiempo?

La sentencia lo deja claro: intentar engañar al sistema puede salirte muy caro. Si estás en una situación difícil con tu empresa, lo peor que puedes hacer es mirar hacia otro lado o pensar que crear una nueva sociedad resolverá todo. Las deudas te seguirán, y si no actúas de forma transparente y legal, podrías acabar respondiendo con tu propio dinero.

Consejos para Empresarios: Cómo evitar que te pase lo mismo

  1. Enfrenta las deudas desde el principio: Si tu empresa está pasando por dificultades, lo mejor es buscar una solución legal, ya sea renegociar las deudas o acogerte a mecanismos legales como el concurso de acreedores. Ignorar las deudas o desviarlas solo te traerá problemas.
  2. No desvincules la actividad de la empresa a otra sin consultar antes: Transferir clientes y actividad a una nueva sociedad puede parecer la solución más sencilla, pero puede ser visto como fraude. Consulta con un experto legal antes de hacer cualquier movimiento.
  3. Responsabilidad del administrador: No olvides que, como administrador, puedes ser responsable personalmente de las deudas si actúas de forma fraudulenta o imprudente. Proteger tu patrimonio significa actuar de manera ética y legal.
  4. Asesórate siempre: Un buen asesoramiento es clave para evitar decisiones que puedan costarte caro. Antes de hacer cualquier cambio en tu empresa o crear una nueva sociedad, consulta con un abogado o asesor especializado.

Conclusión: Lo que parecía una solución fácil se convirtió en un costoso error

Intentar evitar las deudas desviando la actividad de una empresa no es solo una mala decisión, sino una acción que puede arruinarte a largo plazo. La sentencia es un claro ejemplo de cómo las malas prácticas empresariales no solo no solucionan los problemas, sino que los agravan. Antes de actuar de forma impulsiva, recuerda que la ley está para proteger, pero también para castigar cuando se actúa de manera fraudulenta.

No dejes que tu empresa se convierta en un problema legal. Si enfrentas dificultades financieras, busca soluciones legales y actúa a tiempo. Podría ser la diferencia entre salvar tu negocio o perderlo todo.

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